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En este blog puedes encontrar información sobre diferentes temas relacionados con Valdealgorfa: historia, cultura, medio natural, o cualquier otro que pueda ser considerado de interés.

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sábado, 1 de agosto de 2020

Un proceso inquisitorial del siglo XVIII


Puede decirse que el Sacramento de la Penitencia, tal como hoy lo conocemos, nació con el concilio de Letrán, celebrado en 1215. En él, se estableció la confesión reservada y la obligación de realizarla al menos una vez al año.

La Confesión, de Giuseppe Maria Crespi
Así continuaron las cosas hasta el Concilio de Trento (1545-1563) en que se instituyó la confesión como el camino de la salvación aunque para ello, el pecador, debía realizar un relato exacto y minucioso de los pecados cometidos y, en esta ocasión, el poder que el confesor tenía para conceder o negar la absolución dio lugar a que “la situación de privilegio de que el padre gozaba, algunas veces, provocó abusos de éste, como el utilizar el acto de la confesión para solicitar favores a sus hijas espirituales”(1).

Para aclarar y condenar estos actos Benedicto XIV publicó en 1741 la bula Sacramentum Poenitentiae donde se fijaron de manera definitiva las particularidades de este acto pecaminoso de la “solicitación”(2), cuyo perdón dependía, en la mayoría de las ocasiones, del Tribunal de la Inquisición.

En este contexto tuvo lugar el proceso referido a continuación, documento obrante en el Archivo Histórico Nacional, que reproduzco literalmente(3):

El Inquisidor fiscal del Tribunal de Zaragoza contra Fr. Clemente Pellicer de la Orden de Predicadores Conventual en el de la villa de Caspe, Reyno de Aragón, Confesor y Predicador natural de la villa de Valde Algorfas, de aquel Arzobispado, de edad de cuarenta y siete años. Por solicitante(4):

miércoles, 15 de julio de 2020

Plantas medicinales de nuestro entorno: la gaitera, chiladera o bocha, tres nombres diferentes para la asprilla



En nuestro recorrido por las plantas medicinales de nuestro término municipal nos detenemos en otra que prácticamente nadie usa pero su fama viene de antiguo.

La gaitera o chiladera: una de las bochas de nuestros montes
Nuestra planta es una matilla leñosa que todo el mundo ha visto alguna vez, pues es planta común, propia de romerales y montes despejados. Es un arbustillo que, aunque no lo parezca, pertenece a la misma familia que la borraja. Los tallos jóvenes y las hojas, alargadas y estrechas, están cubiertas también de pelillos rígidos que le dan una significativa aspereza. Las flores, de color entre azul intenso, azul violeta o rojizo, van saliendo en el extremo de los tallos en grupos terminales y los frutillos son duros, tal como su nombre científico indica.

Su nombre científico, Lithodora fruticosa, nos describe propiedades de la propia planta: Lithodora, significa que la piel que recubre las semillas les confiere a estas una consistencia dura y áspera como las piedras, de griego lithos = piedra, y dora = piel, pellejo. Fruticosa, según el diccionario, quiere decir que tiene la naturaleza o cualidades del frútice, o sea, que es una planta casi leñosa y de aspecto semejante al de los arbustos.

miércoles, 1 de julio de 2020

Un capuchino valdealgorfano en las misiones venezolanas



Hoy voy a tratar de uno de esos Valdealgorfanos anónimos, no sólo porque no tengamos más noticias de él que las contenidas en el documento que se cita, sino porque su presencia tampoco ha podido ser rastreada en legajos municipales ni ha sido nombrado por historiadores locales(1).

Mapa de Cumaná, Caribe, 1700-1799
El documento en cuestión se encuentra en el Archivo General de Indias con el título de “Relación de Capuchinos que van a Cumaná”, donde se trata de la autorización dada a ciertas personas para viajar a las Américas y evangelizar a determinadas tribus indias venezolanas.

El 4 de abril de 1780 se expide licencia para embarcar en el navío la Aurora con destino a la Guaira, que se hace a la mar el 28 de abril, a siete capuchinos con destino a Cumaná, entre los que vemos al de Valdealgorfa(2):

Entre los autorizados figura el hermano fray José Valdealgorfa, lego, que solo conocemos por la costumbre de los capuchinos de nombrarse a nivel de comunidad con un nombre al que le añadían el del lugar de su nacimiento o procedencia como apellido.

lunes, 15 de junio de 2020

Valdealgorfa de la A la Z
Etimología u origen de algunas palabras
(Nuestro léxico: J)
(XX)



Jabón (Dar): Labor de campo superficial y mal hecha. Palabra relacionada con el sinónimo de “lavar” o “limpiar” para que parezca que está limpio o bien preparado. Identificado también con lavarle la cara a alguien para que luzca convenientemente limpio.

Jada
Jada //Jadiar //Jadón: Azada // Laborear con la jada // Azadón. Regionalismos propios de Aragón, procedente del latín vulgar asciata, derivado ascia = azuela, especie de hacha, dextral.

Jadorea: Ajedrea, planta aromática que en los alrededores suele emplear para aderezar las olivas verdes y otros encurtidos. Realmente aquí se usa poco porque la planta no figura entre la flora de nuestro territorio; la que se usa se recoge en lugares cercanos. Palabra procedente del latín satureia, del mismo significado, a través del árabe hispánico assatríyya o assitríyya.

Jalapa: Dulce gelatinoso de mostillo y membrillo. Por asimilación al sabor muy dulce del jarabe de jalapa, conocido desde el siglo XVII, que se utilizaba como purgante. Su denominación procede del nombre homónimo de la ciudad mejicana de Jalapa.

domingo, 31 de mayo de 2020

El Convento de Valdealgorfa
Una obra de principios del siglo XVII




En general, podemos conocer las vicisitudes y etapas en la edificación de una obra monumental porque, de una manera u otra, las condiciones para su construcción, libros de cuentas, replanteamientos, modificaciones, etc., quedan reflejadas en diferentes documentos que nos ayudan a adivinar la marcha de su fábrica a través de capitulaciones, escrituras, cuadernos de cuentas, etc., etc.

El Convento (actual)
Más difícil es adivinar los pensamientos y dudas de su promotor cuando no tiene claro si la obra por él promovida va a servir a los fines para los que fue concebida. Estas dudas tenía D. Diego Ramellore, fundador del Convento de Clarisas de Valdealgorfa, y así lo reflejaba en una escritura otorgada en Zaragoza el 14 de marzo de 1629(1). Pero, repasemos un poco la historia:

Había llegado en citado Dr. Ramellore o Ramillori, como figura en los documentos de nuestra localidad, en el año 1599 para hacerse cargo de la parroquia puesto que ocupó hasta 1602. Nombrado canónigo de la Seo de Zaragoza en 1605, permanecería en este puesto hasta su muerte, en 1636.

A decir de Salvador Pardo “Su grato recuerdo de Valdealgorfa, le compelió a fundar en el mismo el convento de religiosas de Santa Clara que todavía existe, gastando cuantiosos intereses”.