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martes, 20 de marzo de 2018

Que no se quede en agua de borrajas


Hoy me ocupo de la borraja, una planta más conocida y consumida aquí como verdura que tratada desde el punto de vista botánico. Pero no es así en todas partes pues, siendo una planta originaria de Siria y Egipto y naturalizada en toda la región mediterránea, se ha consumido y consume en escasos ámbitos regionales como el Valle del Ebro, en la Liguria Italiana, sur de Francia y suroeste de Alemania siendo desconocida en el resto. 

Esta familia botánica, se caracteriza en general por el indumento característico e híspido de las plantas, o si se prefiere, por los pelillos rígidos y punzantes de sus tallos y hojas, que confieren a los géneros más representativos de esta familia Borago, Anchusa, Echium o Lithodora, un tacto particularmente áspero.    

La borraja (Borago officinalis L.), es tan conocida y reconocida como verdura como desconocida lo es desde el punto de vista medicinal, aspecto del que me voy a ocupar en este artículo, dado su empleo y consumo desde los tiempos más remotos.

En todo Aragón se consumen los tallos de la planta como verdura y en algunas partes de nuestra región, con las hojas, se elabora un reconocido dulce como postre, los famosos crespillos.

Dejando al margen su descripción botánica, que casi todo el mundo conoce, paso a referirme a sus efectos medicinales bastante más ignorados: 

sábado, 10 de marzo de 2018

Un viaje en tren a Valdealgorfa en los años 50
(Por: Jose Antonio Godina Miñana)


Ha llegado el verano y las vacaciones. Desde la estación de Francia de Barcelona vamos a salir en tren hacia Valdealgorfa. Un tranvía nos ha dejado muy cerca del recinto ferroviario. Cargados con nuestras maletas, entramos en la amplia nave. Por los andenes la gente va y viene, buscando su convoy. La cantina está hasta los topes, todo el mundo habla a gritos y las colas en las taquillas se hacen interminables. Allí pueden hacerse amistades que duren toda la vida… Bajo la bóveda los silbidos de las máquinas nos ensordecen. Sorteamos bultos y cajas por todas partes. El calor es sofocante, húmedo.

J.A. Godina Miñana
Los vagones, con sus asientos de madera, se van llenando. Se sube a los niños a través de las ventanillas, la gente se apresura, nerviosa, como si la partida fuera inmediata. De la chimenea de la locomotora sale un humo blanco y el vapor al ser despedido hace un ruido parecido a la respiración de un gran animal metálico.

Llega la hora y con parsimonia, sin prisas, el tren enfila las vías y sale de la estación. Los viajeros se asoman a las ventanillas y cuando pasan por algún túnel las caras les quedan tiznadas de hollín y el humo les deja un sabor extraño en la garganta. Atrás queda la ciudad y la serpiente mecánica enfila hacia Tortosa, cerca del delta del Ebro; allí se hará el trasbordo y otro tren nos llevará a Valdealgorfa. El mar queda a nuestra izquierda y pronto lo perderemos de vista.

jueves, 1 de marzo de 2018

El tren en Valdealgorfa. Historia de una línea desaparecida(1)


Hasta finales del siglo XIX las comunicaciones en el Bajo Aragón eran un tema pendiente. En general muy deficientes, ya no solo para viajeros sino también para la salida de las mercancías aragonesas, la implantación de líneas férreas fueron caballo de batalla para los movimientos políticos regionales de este periodo. Tras largas reivindicaciones a lo largo de toda la segunda mitad del citado siglo, será durante la última década cuando se abra el primer tramo que transite por el Bajo Aragón turolense y comiencen a circular los primeros trenes.

Locomotora Henschel de MFU(4).
En 1880, por una ley especial, se autoriza la construcción de la línea y la aprobación del trayecto definitivo y su adjudicación se realiza en 1882. Pero, a pesar de que en el mes de octubre de este mismo año fue colocada la primera piedra por Alfonso XII, el proyecto quedó interrumpido por varios años. En 1887 se iniciaron las obras del tramo de la primera sección de 32 Km. entre la Puebla de Híjar y Alcañiz por la cual, por diversas vicisitudes e inconvenientes, no comenzaron a circular trenes hasta mediados de 1895.