El tren en Valdealgorfa. Historia de una línea desaparecida(1)

Hasta finales del siglo XIX las comunicaciones en el Bajo Aragón eran un tema pendiente. En general muy deficientes, ya no solo para viajeros sino también para la salida de las mercancías aragonesas, la implantación de líneas férreas fueron caballo de batalla para los movimientos políticos regionales de este periodo. Tras largas reivindicaciones a lo largo de toda la segunda mitad del citado siglo, será durante la última década cuando se abra el primer tramo que transite por el Bajo Aragón turolense y comiencen a circular los primeros trenes.

Locomotora Henschel de MFU⁽⁴⁾.

En 1880, por una ley especial, se autoriza la construcción de la línea y la aprobación del trayecto definitivo y su adjudicación se realiza en 1882. Pero, a pesar de que en el mes de octubre de este mismo año fue colocada la primera piedra por Alfonso XII, el proyecto quedó interrumpido por varios años. En 1887 se iniciaron las obras del tramo de la primera sección de 32 Km. entre la Puebla de Híjar y Alcañiz por la cual, por diversas vicisitudes e inconvenientes, no comenzaron a circular trenes hasta mediados de 1895.

Los malos resultados económicos de la línea harán que la empresa concesionaria, que presenta suspensión de pagos en 1897, abandone la gestión de la misma y pase a ser administrada por el Estado. En esta situación, la Administración, se limita a explotar el tramo construido y el proyecto de ampliación permanecerá en suspenso durante casi veinte años, hasta 1923, año en que la recién estrenada dictadura de Primo de Rivera retoma o acelera las obras de construcción de los ferrocarriles españoles, entre ellos las del tramo Alcañiz-Tortosa.

En este año el Estado decide continuar por su cuenta el ferrocarril. El tramo entre Alcañiz y Val de Redormos se adjudicó el 28 de abril, pero las obras no tenían la continuidad necesaria y los trabajos fueron avanzando con mayores o menores interrupciones hasta que en 1925 recibieron un nuevo impulso.

Al año siguiente se adjudicaron las obras correspondientes al segundo tramo entre Val de Redormos y Valdealgorfa por 1.173.000 pts.⁽²⁾

Las obras habían llegado a Valdealgorfa ya en 1925 y en 1926 ya se habían iniciado las obras de perforación del túnel. En el mes de enero, durante la perforación del mismo, ocurrió un accidente por el fallo en el control de la explosión de un barreno que produjo heridas graves a tres personas: un navarro, un gallego y un alcañizano.

El 14 de diciembre de 1926 quedó definitivamente abierto el túnel que era, en ese momento, con 2.136 metros, el mayor de una línea férrea en construcción. Tal como relataban los periódicos de aquellas fechas, “se han unido dos galerías, celebrándose una Misa en acción de gracias”⁽³⁾.

En el mes de mayo de 1929 se adjudicó la obra de 36.000 traviesas para la sección entre Alcañiz y Valjunquera por un importe próximo a las 500.000 pesetas.

Un automotor ABJ-7, en Valdealgorfa

Como puede imaginarse las condiciones de seguridad no eran las óptimas y los accidentes laborales se seguían producían con cierta frecuencia. Así, en nuestro pueblo, tenemos noticia del fallecimiento de una persona en junio de 1928 al caerse de un poste cuando empalmaba unos cables eléctricos, o la muerte de otra, en julio de 1930, al soltarse unos vagones.

Hasta 1931 se habían invertido en la línea 15,1 millones pesetas quedando otros 39,2 millones por contratar, de los 54,3 millones de pesetas establecidos como presupuesto. En estas cantidades estaba incluido el material móvil, cuyo costo se cifró en la décima parte del presupuesto.

El día 1 de diciembre de 1935 se inauguró la estación de Valdealgorfa y las dependencias y locales anejos.

Llegada la Guerra Civil se interrumpió el tráfico pero en 1938 se encomendó a la Compañía Nacional de los Ferrocarriles su urgente puesta en marcha, de manera que el 12 de abril de 1938 comenzaron a circular trenes entre Alcañiz y Valjunquera, llegando a Bot el mes de mayo y al Pinell en junio.

El transporte de tropas y material militar fue vital para el desarrollo de la Batalla del Ebro, que estableció en las estaciones de Bot y El Pinell su destino, a sólo a una decena de km. del frente de guerra, establecido en Gandesa.

La línea, en todo su recorrido, fue inaugurada el 1 de septiembre de 1941, algo más de 128 km., que ponían en contacto el Bajo Aragón con Tortosa. El servicio había pasado a ser responsabilidad de RENFE desde el 30 de abril de este mismo año. El tramo proyectado entre Tortosa y San Carlos de la Rápita nunca llegó a realizarse.

Toda la sección, entre Alcañiz y Tortosa, la explotó la Red Nacional hasta que, en 1969, el hundimiento de un túnel entre Prat del Compte y Pinell, obligó a completar el servicio con transbordos en autobuses. En esta situación, el servicio, con insufribles demoras y retrasos, estaba condenado a desaparecer. Era la excusa perfecta que permitía eliminar la línea, por otra parte deficitaria desde prácticamente su puesta en marcha.

Esta lenta agonía se prolongó hasta el 19 de septiembre de 1973, en que se clausuró el servicio. La línea quedó definitivamente suprimida el 30 de septiembre de este mismo año.

Y aquí se acabó la historia de nuestro tren y comenzaron los recuerdos de sus viajeros...uno de los cuales veremos en el próximo artículo.

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Bibliografía

(1) De referencia para este artículo: Moreno Guallar, J. "La construcción del ferrocarril de Val de Zafán a Sant Carles de la Ràpita entre 1880 y 1906”; III Congreso de Historia Ferroviaria. Gijón, septiembre de 2003 y “Línea de La Puebla de Híjar-Alcañiz-Tortosa-Sant Carles de la Ràpita”. Revista Vía Libre, núm. 448. Diciembre de 2001.

(2) Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital. Gaceta de los Caminos de Hierro. 

(3) El Iris: diario católico: Año XIV Número 4111.
(4) Imágenes tomadas de "Valdealgorfa en el recuerdo". Cuadernos Valdealgorfanos, 2. 2003.