El cardo mariano, Silybum marianum (L.) Gaertner, es una planta perteneciente a la familia de las compuestas, omnipresente en los terrenos ruderalizados, sobre todo en los alrededores del pueblo y que todos conocemos sobradamente.
Se trata de una planta robusta, de hasta más de dos metros de altura, con hojas muy grandes y anchas en la base, brillantes, salpicadas de manchas blancas por el haz y con espinas en el margen. Las cabezuelas, capítulos que contienen las flores, son semejantes a pequeñas alcachofas con largas espinas salientes que se sitúan en el extremo de largos pedúnculos sin hojas. Las flores son de color purpúreo o violáceo y excepcionalmente blancas.
No parece planta de mucha antigüedad en nuestro entorno pues escribía Pardo(1) en 1895 que aunque abundaba puntualmente en algunas partes, apenas la había en otras y aún allí donde abundaba dudaba que se hallara hacía algunos años.