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martes, 1 de noviembre de 2022

La hacienda municipal: Arrendamientos:
El suministro de la carne (1784-1798)


Uno de los procedimientos para conseguir recursos destinados a la economía municipal era el arriendo de las carnes para la alimentación de la comunidad, aspecto que, considerándose esencial, quedaba bajo la responsabilidad del municipio prestándolo por sí mismo o por medio de un arrendatario.

Para ello, como era costumbre, se sacaba a subasta por el procedimiento de “candela muerta” y, en el caso de que no hubiera postor, el servicio era prestado directamente por el por el propio ayuntamiento.

Instrumentos de la carnicería
Dos eran los aspectos que comprendían este arrendamiento cada uno con su particular actividad: el carnicero y el cortante. El carnicero se ocupaba de la alimentación y cuidado del ganado que había de constituir el suministro y el cortante el de la matanza, despiece y manipulación de la carne hasta la llegada al consumidor.

Veamos, a continuación los aspectos más relevantes de cada uno de los contratos:

Año 1798 (Documento reutilizado para el año 1803)
4 de febrero
Capitulacion y pactos con la que los Señores del Ayuntamiento del lugar de Valdealgorfa arriendan las carnecerias de dicho lugar por el tiempo, precio y condiciones siguientes
= Primeramente es condicion que el presente Arrendamiento haya de durar y dure por tiempo de tres años…

sábado, 1 de agosto de 2020

Un proceso inquisitorial del siglo XVIII


Puede decirse que el Sacramento de la Penitencia, tal como hoy lo conocemos, nació con el concilio de Letrán, celebrado en 1215. En él, se estableció la confesión reservada y la obligación de realizarla al menos una vez al año.

La Confesión, de Giuseppe Maria Crespi
Así continuaron las cosas hasta el Concilio de Trento (1545-1563) en que se instituyó la confesión como el camino de la salvación aunque para ello, el pecador, debía realizar un relato exacto y minucioso de los pecados cometidos y, en esta ocasión, el poder que el confesor tenía para conceder o negar la absolución dio lugar a que “la situación de privilegio de que el padre gozaba, algunas veces, provocó abusos de éste, como el utilizar el acto de la confesión para solicitar favores a sus hijas espirituales”(1).

Para aclarar y condenar estos actos Benedicto XIV publicó en 1741 la bula Sacramentum Poenitentiae donde se fijaron de manera definitiva las particularidades de este acto pecaminoso de la “solicitación”(2), cuyo perdón dependía, en la mayoría de las ocasiones, del Tribunal de la Inquisición.

En este contexto tuvo lugar el proceso referido a continuación, documento obrante en el Archivo Histórico Nacional, que reproduzco literalmente(3):

El Inquisidor fiscal del Tribunal de Zaragoza contra Fr. Clemente Pellicer de la Orden de Predicadores Conventual en el de la villa de Caspe, Reyno de Aragón, Confesor y Predicador natural de la villa de Valde Algorfas, de aquel Arzobispado, de edad de cuarenta y siete años. Por solicitante(4):

miércoles, 1 de julio de 2020

Un capuchino valdealgorfano en las misiones venezolanas



Hoy voy a tratar de uno de esos Valdealgorfanos anónimos, no sólo porque no tengamos más noticias de él que las contenidas en el documento que se cita, sino porque su presencia tampoco ha podido ser rastreada en legajos municipales ni ha sido nombrado por historiadores locales(1).

Mapa de Cumaná, Caribe, 1700-1799
El documento en cuestión se encuentra en el Archivo General de Indias con el título de “Relación de Capuchinos que van a Cumaná”, donde se trata de la autorización dada a ciertas personas para viajar a las Américas y evangelizar a determinadas tribus indias venezolanas.

El 4 de abril de 1780 se expide licencia para embarcar en el navío la Aurora con destino a la Guaira, que se hace a la mar el 28 de abril, a siete capuchinos con destino a Cumaná, entre los que vemos al de Valdealgorfa(2):

Entre los autorizados figura el hermano fray José Valdealgorfa, lego, que solo conocemos por la costumbre de los capuchinos de nombrarse a nivel de comunidad con un nombre al que le añadían el del lugar de su nacimiento o procedencia como apellido.