cabecera 1









En este blog puedes encontrar información sobre diferentes temas relacionados con Valdealgorfa: historia, cultura, medio natural, o cualquier otro que pueda ser considerado de interés.

Te animamos a enviar tus artículos, colaboraciones, aclaraciones y comentarios, que serán publicados en este mismo blog. Muchas gracias.



jueves, 1 de octubre de 2020

El cura de Valdealgorfa D. Ramón Segura. En busca de un tesoro escondido

 

El artículo que hoy me ocupa versa sobre la famosa y célebre historia, en su tiempo, del Dr. D. Ramón Segura, “el cura de Valdealgorfa” como todo el mundo le conocía.

Fray Miguel de Santander
Nuestro famoso cura, natural de Peñarroya de Tastavins, tras una intensa formación, se convirtió en afamado predicador y, renunciando a ofrecimientos de más altos destinos, prefirió la parroquia de su pueblo natal. Pero tal como el mismo dice(1), no pudiéndose negar por más tiempo a los ofrecimientos del arzobispo de Zaragoza aceptó el nombramiento de titular de la parroquia de Valdealgorfa.

El Arzobispo titular de Zaragoza residía por entonces en Madrid, ocupando la sede zaragozana el obispo auxiliar Fray Miguel de Santander. El destino quiso que el cura Segura coincidiera con él en uno de sus desplazamientos a la capital para predicar en el convento de monjas capuchinas de aquella ciudad.

Fray Miguel de Santander, visitador por sus funciones de la diócesis, se encontraba de viaje por ella cuando acaecieron los sucesos del Dos de Mayo y, aconsejado por el arzobispo zaragozano y partidario de Godoy, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, le aconsejó no regresar a Zaragoza sino que se dirigió a la Tierra Baja, donde fue recibido en Valdealgorfa por el Dr. Segura, con quien trabó estrecha amistad.

A su llegada y establecimiento en el pueblo se corrió el bulo de que había traído consigo varios cofres de oro remitidos por Godoy y que, a la sazón, tenía oculto nuestro cura en su casa de Valdealgorfa. Este hecho fue el que proporcionó a los dos religiosos la fama de afrancesados que les perseguiría durante toda su vida.

martes, 15 de septiembre de 2020

Plantas medicinales de nuestro entorno: el gramen, ¿una mala hierba?


En nuestro recorrido por las plantas medicinales de nuestro pueblo, trato hoy de la primera perteneciente a la familia de las gramíneas o poaceas, cuyo nombre viene del latín gramineus, de gramen –inis = césped, pradera, hierba; son plantas herbáceas o con hojas delgadas y largas como la hierba.

Gramen
El gramen (Cynodon dactylon Pers.) considerada una mala hierba, invasiva y tenaz, tiene rizomas y tallos reptantes, de hasta un par de palmos de altura. Sus flores se disponen como los dedos de una mano abierta, con 4 o 6 espigas patentes, radiadas, naciendo del mismo punto de inserción. Como digo, se trata de una hierba demasiado abundante en algunos lugares y difícil de erradicar.

Su nombre cintífico Cynodon, significa, literalmente, diente de perro, del griego kyōn kynós = perro, y de odón odóntos = diente; por la forma de sus hojas, cortas, puntiagudas y triangulares como los dientes caninos del perro. La segunda parte de su nombre, dactylon, proviene del griego dáktylos = dedo; porque sus espiguillas se disponen como los dedos de una mano.

En cuanto al nombre vulgar, que procede del latín gramen = grama, hierba, césped, significó en un principio pasto o alimento, identificándose con diferentes especies de gramíneas silvestres. Como otras plantas recibe diversos nombres según territorios, por ejemplo, grama, grama canina, agramen, etc…

martes, 1 de septiembre de 2020

La torre de la Iglesia de Valdealgorfa


Todavía sin concluir definitivamente el dorado del Altar Mayor, el concejo dispuso la fábrica de la torre desde el segundo cuerpo. Era el 24 de noviembre de 1743(1).

Torre de Valdealgorfa
Para llevar adelante con más acierto tan importante obra, lo pusieron en conocimiento de las personas más inteligentes del contorno añadiendo, que el que quisiera hacerse cargo y llevarla á efecto, presentára los diseños o perfiles necesarios á fin de que el pueblo pudiera examinarlos y asesorarse con la atención que el caso requería(2).

Congregados los Srs. del ayuntamiento el 24 de noviembre de 1743, deciden que queriendo continuar con la obra de la torre en la primavera siguiente y habiendo presentado diseños tres maestros de obra, debían elegir la que estimaran más conveniente para, a continuación, “se diese noticia a los susodichos maestros de la elexida” y pudiese hacer cada uno su oferta para llevarla a cabo. Vistos los proyectos, elijen el presentado por Valero Catalan, de las Parras de Castellote, y acuerdan comunicarlo a los tres para que presenten sus ofertas de ejecución.

sábado, 15 de agosto de 2020

Valdealgorfa de la A a la Z
Etimología u origen de algunas palabras
(Nuestro léxico: L-LL)
(XXI)



Lacera: Trampa, lazo de cuerda o alambre para cazar. Derivada de lazo, del latín laqueus = lazo, nudo y también engaño.

Lagaña: Legaña. Con diversas teorías sobre su procedencia, desde el latín hasta el vasco, tal vez de origen prerromano.

Langosto
Lambreño-a: Persona o animal delgado y esbelto, fuerte y resistente. Como se acierta a decir lambreño-a es sinónimo de membreño o membreña. Y si membreño-a, que aquí no se emplea, viene de mimbre, lambreño-a viene de alambre, de la palabra más antigua arambre, del latín aerāmen, de aes =alambre, cobre, bronce, latón o cualquiera cosa hecha de estos metales.

Lamín // Laminar // Laminerías // Laminero-a: Golosina, manjar delicado // Lamer // Lamines // Que le gustan mucho las golosinas o es de paladar delicado. Todas estas palabras, regionalismos reconocidos por la RAE, son derivadas del latín lambere = lamer, pasar blandamente la lengua por algo.

Langosto: Saltamontes. Como langosta, es palabra que tiene su origen en la latina lacusta, una variedad de locusta, del mismo significado; tendría relación con una raíz indoeuropea *lek = saltar, patear, volar.

sábado, 1 de agosto de 2020

Un proceso inquisitorial del siglo XVIII


Puede decirse que el Sacramento de la Penitencia, tal como hoy lo conocemos, nació con el concilio de Letrán, celebrado en 1215. En él, se estableció la confesión reservada y la obligación de realizarla al menos una vez al año.

La Confesión, de Giuseppe Maria Crespi
Así continuaron las cosas hasta el Concilio de Trento (1545-1563) en que se instituyó la confesión como el camino de la salvación aunque para ello, el pecador, debía realizar un relato exacto y minucioso de los pecados cometidos y, en esta ocasión, el poder que el confesor tenía para conceder o negar la absolución dio lugar a que “la situación de privilegio de que el padre gozaba, algunas veces, provocó abusos de éste, como el utilizar el acto de la confesión para solicitar favores a sus hijas espirituales”(1).

Para aclarar y condenar estos actos Benedicto XIV publicó en 1741 la bula Sacramentum Poenitentiae donde se fijaron de manera definitiva las particularidades de este acto pecaminoso de la “solicitación”(2), cuyo perdón dependía, en la mayoría de las ocasiones, del Tribunal de la Inquisición.

En este contexto tuvo lugar el proceso referido a continuación, documento obrante en el Archivo Histórico Nacional, que reproduzco literalmente(3):

El Inquisidor fiscal del Tribunal de Zaragoza contra Fr. Clemente Pellicer de la Orden de Predicadores Conventual en el de la villa de Caspe, Reyno de Aragón, Confesor y Predicador natural de la villa de Valde Algorfas, de aquel Arzobispado, de edad de cuarenta y siete años. Por solicitante(4):