El artículo que hoy me ocupa versa sobre la famosa y célebre historia, en su tiempo, del Dr. D. Ramón Segura, “el cura de Valdealgorfa” como todo el mundo le conocía.
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Fray Miguel de Santander |
El Arzobispo titular de Zaragoza residía por entonces en Madrid, ocupando la sede zaragozana el obispo auxiliar Fray Miguel de Santander. El destino quiso que el cura Segura coincidiera con él en uno de sus desplazamientos a la capital para predicar en el convento de monjas capuchinas de aquella ciudad.
Fray Miguel de Santander, visitador por sus funciones de la diócesis, se encontraba de viaje por ella cuando acaecieron los sucesos del Dos de Mayo y, aconsejado por el arzobispo zaragozano y partidario de Godoy, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, le aconsejó no regresar a Zaragoza sino que se dirigió a la Tierra Baja, donde fue recibido en Valdealgorfa por el Dr. Segura, con quien trabó estrecha amistad.
A su llegada y establecimiento en el pueblo se corrió el bulo de que había traído consigo varios cofres de oro remitidos por Godoy y que, a la sazón, tenía oculto nuestro cura en su casa de Valdealgorfa. Este hecho fue el que proporcionó a los dos religiosos la fama de afrancesados que les perseguiría durante toda su vida.
Dice Ramón Segura en su carta de descargo remitida desde su destino en Francia: “Mas como la anarquía comenzaba a levantar su horrible cabeza, se divulgó por los pueblos inmediatos que havia trahido veinte cofres llenos de caudales que suponían ser del Principe de la Paz (Godoy) y este rumor corrio por las provincias de Cataluña y Valencia”….”Asi fue que por un rumor, tan digno de desprecio, mandó a Valdealgorfa el general Salinas del exercito del Ebro, un comisionado con mil soldados de infantería y veinte y cinco de caballería para ocupar y hazer presa del imaginario thesoro”.Y relata Fray Miguel de Santander: “Últimamente vine a parar a Valdealgorfa, año de 1808, y parte del siguiente, por cuya causa no presencié los desastres y calamidades de los Sitios de Zaragoza. No me hallé en ellos, pero antes que principasen, el cura de Valdealgorfa y yo nos vimos extrañamente acometidos por ochocientos soldados valencianos de infantería y veinte y cuatro de caballería, que con el alcalde mayor de Tortosa, un Escribano y el principal Comisionado de la expedición, vinieron a buscar un tesoro que suponían depositado en la bodega y nos echaron de casa, la llenaron de tropa, consumieron los comestibles y no nos permitieron volver a entrar en ella hasta que se fueron. Lo más gracioso está en el que la tal bodega es de peña viva, y aquellos miserables, aburridos al cabo de barrenarla en vano, y de agujerear paredes, de escudriñar rincones, de examinar testigos y preguntar a las gentes, perdiendo todo el tiempo y su trabajo se volvieron confusos y avergonzados”.
Aunque a decir otra vez de nuestro cura: “haviendo sido inútiles todas mis diligencias, quede expuesto á mayores males con las voces que havian esparcido las tropas sobre el falso hallazgo del thesoro”.
Estos hechos transcurrían durante el mes de junio de 1808 y nuestro cura, todavía se mantendría en su puesto hasta mayo de 1809, viviendo los avatares de la toma de Alcañiz por los franceses, la ocupación de Valdealgorfa y la partida de su amigo, el todavía obispo auxiliar de Zaragoza, con destino a la capital para hacerse cargo de la diócesis a petición del mariscal Lannes.
Independientemente de los sentimientos franceses o antifranceses de D. Ramón, lo cierto es que realizó con éxito varias gestiones ante los responsables franceses, acciones que acentuaron todavía más su fama de afrancesado.
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Nombramiento de Segura |
Ante la inminente llegada de las tropas de Joaquín Blake, comandando las tropas españolas procedentes de Tortosa, para intentar reconquistar Zaragoza, el rector de Valdealgorfa, fue avisado y prevenido por el mismísimo Blake, “por medió del rector de Areiñs: qué antes dé llegar sus tropas á Valdealgorfa me ausentase e internase en Aragón para evitar que se me incomodase”. Nuestro cura, abandona el pueblo siete minutos antes de que llegue la avanzadilla de las tropas a la localidad. Es el día 18 de mayo de 1809.
Ya en Zaragoza, en agosto de 1809 fue nombrado canónigo y en marzo de 1810 le llegó el nombramiento de Deán del cabildo zaragozano. La toma de posesión la realizo en día 28 del mismo mes. La identificación de su persona con los ideales franceses llegó al máximo en esta época.
Segura representó al corregimiento de Alcañiz cuando Suchet ordenó que cada partido tuviera su representante al objeto de organización y manutención del ejército.
A principios de julio de 1813, como consecuencia de la salida de los franceses de Zaragoza, partía el séquito eclesiástico hacia Francia con Santander y Segura a la cabeza.
En 1818 se declara vacante la parroquia de Valdealgorfa.
En 1820 murió Segura en Pouzac (Francia) sin haber conseguido alcanzar su rehabilitación, ni como cura de Valdealgorfa ni como patriota.
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(1) Carta del Dr. Dn. Ramón Segura a los señores curas del Arzobispado de Zaragoza. Imprenta de j.m. Dossun. Bañeres (Fr.). 1819.
* Apuntaciones para la apología formal de la conducta religiosa y política del Ilmo. Sr. fr. Miguel Suarez de Santander. Respuesta de este ilustre Prelado a otra muy irreverente y calumniosa que le escribió e imprimió en Madrid, en el año de 1815, el P. fr. Manuel Martínez, Mercedario calzado. Sin lugar de edición. 1817.
* Escritos del Marques de Lazán, sobre la segunda y tercera campaña de 1808 y 1809, pág. 30. DARA (Documentos y Archivos de Aragón); http://dara.aragon.es.