Hoy el turno es para una planta de recurso. A ella se recurrió, en no hace mucho tiempo, para suplir la alimentación de animales y humanos aunque, bien es cierto, que ya ha sido totalmente sustituida por otras verduras y ensaladas de mayor calidad y, en cuanto a los animales, al haberse eliminado la cría en el ámbito familiar y particular, también ha decaído su utilización.
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Planta |
El latocino o diente de león pertenece a la familia de la Compuestas o Asteráceas, familia representada en nuestros lares por una sesentena de géneros y algo más de un centenar de especies que, sin duda, la convierten en una de las mejor representadas en nuestro entorno, si bien es cierto que aquí se confunden los géneros Taraxacum y Sonchus, porque, además de su semejanza en los primeros estadios de crecimiento, los dos tienen el látex propio que le da título al nombre vulgar.
El nombre científico, Taraxacum, es de origen incierto: unos dicen que puede derivar del persa tarakhshagog o talkhchakok significando hierba amarga, palabra para designar un tipo de achicoria o escarola, y para otros el nombre procedería del griego taraxos = enfermedad, y ákos = remedio; refiriéndose a las propiedades diuréticas de la planta, aunque esta etimología se considera poco probable.
El nombre vulgar del Taraxacum, diente de león, achicoria amarga, amargón, almirón, o los más propios del Sonchus, latocino, lechocino, cerraja, o lechuguilla, hacen referencia a diversas características de las plantas y, en el caso del diente de león, nombre común en toda la Península, que se refiere a la forma dentada de sus hojas.