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martes, 30 de marzo de 2021

Plantas medicinales de nuestro entorno: el diente de león o latocino

 

Hoy el turno es para una planta de recurso. A ella se recurrió, en no hace mucho tiempo, para suplir la alimentación de animales y humanos aunque, bien es cierto, que ya ha sido totalmente sustituida por otras verduras y ensaladas de mayor calidad y, en cuanto a los animales, al haberse eliminado la cría en el ámbito familiar y particular, también ha decaído su utilización.

Planta

El latocino o diente de león pertenece a la familia de la Compuestas o Asteráceas, familia representada en nuestros lares por una sesentena de géneros y algo más de un centenar de especies que, sin duda, la convierten en una de las mejor representadas en nuestro entorno, si bien es cierto que aquí se confunden los géneros Taraxacum y Sonchus, porque, además de su semejanza en los primeros estadios de crecimiento, los dos tienen el látex propio que le da título al nombre vulgar.

El nombre científico, Taraxacum, es de origen incierto: unos dicen que puede derivar del persa tarakhshagog o talkhchakok significando hierba amarga, palabra para designar un tipo de achicoria o escarola, y para otros el nombre procedería del griego taraxos = enfermedad, y ákos = remedio; refiriéndose a las propiedades diuréticas de la planta, aunque esta etimología se considera poco probable.

El nombre vulgar del Taraxacum, diente de león, achicoria amarga, amargón, almirón, o los más propios del Sonchus, latocino, lechocino, cerraja, o lechuguilla, hacen referencia a diversas características de las plantas y, en el caso del diente de león, nombre común en toda la Península, que se refiere a la forma dentada de sus hojas.

Desde el punto de vista medicinal se da la paradoja de que aquí se ha seguido utilizando el Sonchus para el consumo en ensaladas que, dicho sea de paso, tiene unos principios medicinales más que dudosos, y no se ha utilizado el Taraxacum, cuyos efectos y principios activos están más que demostrados.

Por lo tanto, me centraré en el Taraxacum, como planta medicinal, que es de lo que va el asunto, y dejaré para otra ocasión los propios latocinos, letacinos o como quiera que se les pueda llamar para cuando hablemos de alimentación o de ensaladas.

Hoja

El Taraxacum, fundamentalmente aquel apellidado officinale, o propio de oficinas de farmacia, como en otras ocasiones se ha dicho, contiene una buena cantidad de sustancias activas cuyas características y efectos pueden resumirse en los siguientes:;
        Parte utilizada: Raíces y hojas.
        Indicaciones: Ayuda a hacer la digestión, favorece la actividad del hígado, es diurético y laxante suave. Está indicado en anorexias, disminuciones de orina, reumatismos, estreñimientos, cálculos y cólicos biliares.
        Uso: Decocciones al 3-4%, 3 o 4 tazas diarias. En infusión 70 gramos por litro de agua.
      Las raíces torrefactadas se emplean como sucedáneo del café, los botones florales antes de abrirse se consumen encurtidos en vinagre y sal, como las alcaparras, y las hojas frescas se consumen en ensalada o como verdura.

Si bien ni en nuestro pueblo ni en el Bajo Aragón existe referencia de que se hayan utilizado estas hierbas como producto terapéutico, sí que han sido empleadas en otros territorios aragoneses; por ejemplo, en los valles pirenaicos de Ansó o Hecho, el látex aplicado directamente, es remedio para las verrugas y las hojas, o incluso la planta entera en cocimiento, es un buen “mermasangres”, cura el reuma, es reconstituyente, mejora las digestiones pesadas y sana otras dolencias.

Inflorescencia

José Quer y Martínez, médico y botánico del siglo XVIII, decía a propósito de ella(1): “Gozan las hojas y raíz uso en la medicina, y todas sus partes son amargas, y llenas de zumo lechoso. Toda la planta es refrigerante, detersiva, aperitiva, vulneraria y febrífuga; y se reputa por los mas Autores por una de las principales yerbas hepáticas, esto es, que tienen virtud de corregir el vicio de la masa de la sangre, siendo no menos eficaz contra todas las calenturas intermitentes, de qualquier manera que se administre antes del acceso, y obra por sudor. Se toma en infusión, ó cocimiento en dosis de quatro ó seis onzas, y el zumo recien exprimido y clarificado, según GEOFFROT, en la de tres, ó quatro. En realidad tengo largas experiencias, que el cocimiento de las hojas hecho con agua, y tomado por algún tiempo hace orinar, y también el zumo que es muy propio para quitar los obstáculos, es muy eficaz para libertar los ríñones y vexiga de las concreciones que se forman en estas partes, ET MULLERO dice, que el zumo es, muy útil en las enfermedades chrónicas, causadas de obstrucciones del hígado y mesenterio, y en las calenturas intermitentes y pútridas inveteradas, aprovechando mucho en el escorbuto caliente, y en los afectos cutáneos, tomando todos los dias quatro, seis, ó mas onzas.
    Se come en ensalada con aceyte y azúcar, el qual fortifica el estómago, excita el apetito y coadyuva á la digestión. Para mitigar la tos violenta y curar el resfriado , ó constipado suelen beber por la noche y mañana leche de vacas, en que se echa igual porción del cocimiento del Diente de león hirviendo, añadiéndole un poco de azúcar piedra. También se aplica exteriormente como detersivo
”.

¡Qué más puede decirse para alabar sus propiedades!

 

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Bibliografía

(1) - José Quer Martínez, Flora Española, Tomo V pág. 47.

Otras obras consultadas:

- Font Quer, Pío: “Plantas medicinales. El dioscórides renovado”. Barcelona, 2007.
- Pardo Sastrón, José: “Catálogo o enumeración de las Plantas de Torrecilla de Alcañiz…”. Zaragoza, 1895.
- Peris, Stübing; Romo, A.: "Plantas medicinales de la Península Ibérica e Islas Baleares". Madrid, 2001.
- Villar, Palacín, Calvo, Gómez & Monserrat: “Plantas medicinales del Pirineo Aragonés y demás tierras oscenses”. Huesca, 1987.