Hoy trato de una planta, nada o muy poco utilizada en nuestro pueblo, que sirvió durante años para alimento de las gentes, tanto en ensalada como en verdura.
Los coneles o collejas, Silene vulgaris o Silene inflata, son, según dice el diccionario, “aquellas hierbas de la familia de las cariofiláceas, de 40 a 80 cm de altura, con hojas lanceoladas, blanquecinas y suaves, tallos ahorquillados y flores blancas en panoja colgante, que es muy común en los sembrados y parajes incultos, y se come en algunas partes como verdura”. También dice que su nombre proviene del latín caulicŭlus -a,-um, de caulis = tallo, por la disposición de las flores sobre tallos erectos y elevados, palabra que habría dado caulija y de aquí colleja.
El nombre popular que recibe en nuestras tierras proviene sin duda de su nombre catalán, coneles o cunillos, formas castellanizadas de las catalanas conell, conill o cunill, que a la vez, como veremos, parece ser confusión entre cauliculus y cuniculus.
Pero lo que realmente caracteriza a la planta son sus cálices, notoriamente inflados, que habrían sido el origen de su nombre científico, en comparación con el vientre voluminoso de Sileno, personaje de la mitología griega.