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lunes, 1 de abril de 2019

Una de venenos antiguos, de sus efectos y antídoto



Según el diccionario, el veneno es toda aquella sustancia, química u orgánica que, introducida en el organismo, produce la muerte o graves trastornos.

Esta posibilidad de producir la muerte al antojo de uno mismo y por lo tanto la habilidad y conocimientos para fabricar las sustancias que la producen, siempre se ha considerado del dominio de brujos y encantadores pero no sólo de éstos sino también de asesinos, maleantes y personas malintencionadas, vecinos de nuestros pueblos, como veremos a continuación.

A través de un proceso inquisitorial entre dos vecinos en 1612(1), tenemos conocimiento de unos hechos ocurridos en Valdealgorfa, en los últimos años del siglo XVI, que vienen a confirmar lo dicho:

Para centrar la historia, el asunto se conoce como consecuencia de la declaración de un vecino, Miguel del Pueyo, contra Sebastián Ripol, acusado, bandido y maleante y por lo que se ve, el tal, no contento con cometer adulterio con la mujer del declarante, intentó asesinarlo por haberlo denunciado ante la justicia de Alcañiz.

El testigo dice que el dicho Sebastián Ripol cometió el adulterio con Juana Pueyo, su mujer, “abra doce o trece años porque como ombre sin dios y sin ley no obstante que este y el eran nietos de dos hermanos y como tales muy grandes amigos fiandose este con la dicha amistad y parentesco del le llebaba consigo a las masadas y le dejava estar con la dicha su mujer” y en pago de ello cometió el adulterio por el cual lo denunció. Dice que tras la denuncia le intentó matar diversas veces con veneno y que por los asuntos que se relacionan y otros "delictos muy atrozes y feos", le condenaron a muerte “y estando en este estado el dicho Ripol se aparto deste lugar y se fue a ser bandolero”.

Sigue relatando el testigo que volviendo juntos un día de Alcañiz “fueron a comer a casa deste como acostumbravan y este tenia una hija de hedad de catorce años que les tenia ya aparejada la comida porque su mujer benía con ellos y antes de llegar al lugar el dicho rripol se adelanto y llego primero a casa y como bio que tenia la dicha muchacha las sopas hechas la mando bajar abajo por vino y porque savia que este comia en una escudilla grande todabia le echo en ella toxigo y beneno y comenzando el testigo a comerla se començo a ynchar y a tomar bascas y temiendose el testigo de lo que era y por medio de un medico de alcañiz que se acerto a hallar en el dicho lugar tomo aceyte y bomito dicho veneno aunque estuvo muy malo por muchos dias y biendo el dicho rripol que no avia matado a este se entro un dia en casa deste que estava enfermo de dicho beneno y a la saçon durmiendo y al punto que le puso en el oydo derecho lo que el quiso” y en ese momento despertó y comenzó a gritar por los dolores de oído que tenía mientras “iba obrando lo que le avia echado en el oydo y se [le] torcio la boca al testigo como oy la tiene y quedo muy lisiado y enfermo del dicho oydo y ojo”. Viendo a Ripol delante de él le preguntó que qué buscaba allí y que para qué quería acabar de matarle; le contestó que “benia a visitarle y se fue luego”.

En cuanto al tipo de veneno y condición del que se lo suministró, sigue declarando el testigo que “tiene por cierto y verdadero [como (que) nacio para morir] que el dicho Ripol le echo el dicho beneno para matarle porque mas de las muertes y bellaquerias que a echo este testigo le tiene por hechicero y con hechizos y beneno a muerto a muchas personas porque todo el tiempo que fueron amigos y andaban juntos por muchas y diversas veces le dijo y confesó que savia hacer hechiços y que para matar a una persona no avia mas de tomar sapos culebras vivoras escorciones(2) y aranias y poner todo en un alanbique y que aquello mataria más presto que soliman(3) y que esto lo avia aprendido de unas bruxas que ahorcaron en maella”.

El remedio a estos males venía de atrás pues ya decía Dioscórides que lo fundamental era prevenir su ingesta “Mas si voluntariamente, ó por maldad, y odio de algunos, ya le huviere bevido, sera menester no diferir el remedio; porque si esperamos á considerar las señales, que a qualquiera veneno acompañan, no tendremos despues lugar de socorrerle, haziendose con el tiempo el mal incurable…..Para lo qual no se hallará más comun y general remedio que la evacuacion del veneno, por los mas propinguos lugares, antes que cobre fuerças. De modo que sin tardar mas, conviene darles a bever azeyte caliente, solo por si o con agua, y constriñirlos a gomitar. Mas no hallandose a mano el azeyte, si acaso las Regiones no lo produzcan, en su lugar les daremos manteca mezclada con agua caliente, ó con el cozimiento de malvas, ú de la simiente del lino, ú del trago ú de las ortigas, ú del condro, ó finalmente de las alholvas. Porque todas estas cosas no solamente evacuaran con grande facilidad por vomito, relaxando y rebolviendo el estomago, mas tanbien purgaran por abaxo el veneno”.

No iba descaminado el médico alcañizano que atendió al envenenado.

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P.D. Desconocemos como terminó el mencionado Ripol porque, estando preso en Zaragoza, pidió un permiso para atender sus asuntos en Valdealgorfa, se lo dieron, salió del Reino y jamás se supo de él.

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(1) http://dara.aragon.es. ES/AHPZ - J/00087/ 10 - Proceso a instancia de Antonio Miravete y Puch, familiar del Santo Oficio del lugar de Valdealgorfa, contra Sebastián Ripol, vecino de dicho lugar, por intento de agresión.
(2) No se sabe si se está refiriendo al escurzón (víbora hocicuda) o a los escorpiones, que en esta tierra serían arreclaus.
(3) Nombre que recibía en estos tiempos el cloruro de mercurio, que fue obtenido ya en el siglo VIII por el alquimista árabe Geber.