Según el diccionario, el veneno es toda aquella sustancia, química u orgánica que, introducida en el organismo, produce la muerte o graves trastornos.
Esta posibilidad de producir la muerte al antojo de uno mismo y por lo tanto la habilidad y conocimientos para fabricar las sustancias que la producen, siempre se ha considerado del dominio de brujos y encantadores pero no sólo de éstos sino también de asesinos, maleantes y personas malintencionadas, vecinos de nuestros pueblos, como veremos a continuación.
A través de un proceso inquisitorial entre dos vecinos en 1612(1), tenemos conocimiento de unos hechos ocurridos en Valdealgorfa, en los últimos años del siglo XVI, que vienen a confirmar lo dicho:
Para centrar la historia, el asunto se conoce como consecuencia de la declaración de un vecino, Miguel del Pueyo, contra Sebastián Ripol, acusado, bandido y maleante y por lo que se ve, el tal, no contento con cometer adulterio con la mujer del declarante, intentó asesinarlo por haberlo denunciado ante la justicia de Alcañiz.