Dentro de los capítulos que recogen aquellas plantas que pueden denominarse tóxicas, aunque como he dicho otras veces, todo depende de la dosis y concentración del preparado, hoy quiero dedicarle el capítulo a la “bufalaga”, una planta realmente útil hace años pero que, como ha pasado con otras muchas, su uso a caído en el olvido.
Quien no recuerda aquellos años en los que los animales domésticos formaban parte de la vida familiar y eran indispensables para el mantenimiento de las gentes. Y, me refiero no a aquellos pequeños animales de corral, básicos en la alimentación, como conejos o gallinas, sino a los absolutamente precisos para el trabajo diario, como bueyes, mulos o asnos y a aquellos otros que, como ovejas y cerdos, proveían de recursos a más largo plazo.
Un problema en la salud de cualquiera de éstos últimos, como los trastornos digestivos consecuencia de la alimentación, meteorismo torzones o cólicos, suponían un gran motivo de preocupación porque, en bastantes casos, terminaba con la vida del animal y, como no, con parte de los recursos domésticos. Y aquí es donde intervenía nuestra planta, ejerciendo su gran poder purgante dejando expedito el sistema digestivo del animal, proporcionándole una rápida recuperación.
La bufalaga, Thymelaea tinctoria, recibe diversos nombres comunes según comarcas o regiones tales como el propio que cito, bufaralda, clujidera, culiquera, o los expresivos mierda fría o mierda cruz. Es planta común entre nuestros pinos, romeros y monte bajo. Florece en otoño y durante el invierno, hasta entrada la primavera.
Poco se ha escrito sobre ella y no fue hasta bien avanzado el siglo pasado cuando se tuvo conocimiento de sus principios activos, diterpenos tóxicos además de los principios tintóreos. En lo que sí coinciden los tratados sobre plantas medicinales es en su alta toxicidad.
Parte utilizada: Hojas.
Indicaciones: Purgante,laxante. Problemas de la piel.
Indicaciones: Purgante,laxante. Problemas de la piel.
Uso: Es un purgante drástico, pero debido a su alta toxicidad y efectos secundarios, por irritación de la mucosa intestinal, no se recomienda su uso en ningún caso. Al exterior tampoco debe ser usada debido a que puede producir inflamaciones y ampollas por toda la piel.
Residualmente se utilizó como tratamiento para las heridas, resfriados o para el dolor de muelas.
Decía Pardo, nuestro botánico local: “Thymelaea tinctoria Endl. Bufalaga. Comunísima en todos los montes… Purgante bien probado para los cerdos. Mata los ratones el cocimiento de esta planta mezclado con salvado. Vexicante como el Torbisco”.
En el Bajo Aragón su uso, tal como decía Pardo, se reducía a los tratamientos en animales, aunque puntualmente lo empleaban también las personas para el tratamiento de cólicos intestinales y estreñimientos. La masticación de la raíz de esta planta expulsa “los aires que se puede tener en el vientre”.
En el resto de nuestra región, se ha empleado irregularmente. Por vía externa aspirando sus vahos del cocimiento de la planta para tratar los enfriamientos, y el líquido resultante para desinfectar las heridas del ganado lanar. La infusión muy suave de sus hojas sirve para tratar cólicos intestinales. Pero, como por aquí, encuentra su máxima aplicación en las purgas para el ganado, empleándose, en cocimiento, para tratar mulas, vacas, y, sobre todo, cerdos.
En Aragón la bufalaga se utilizó desde antiguo para teñir la lana de color amarillo, negro o verde oscuro, habiendo referencias de ello desde tiempos medievales.
Font Quer: “dice que en Cataluña las gentes del campo se purgan con un pellizco de las hojas secas; los más sensatos las trituran, las mezclan con miel y después de tragadas toman una taza de cualquier tisana caliente y se enjuagan la boca con ésta”. Se emplea como purgante, pero es tan drástico, que no es recomendable su uso ni aún con muchas precauciones.
Cita como referencia histórica a Charles de l’Ecluse y su obra “Historia de algunas estirpes singulares (de plantas) observadas en España”, de 1576, donde puede leerse: “Istic ab herbariis Sanamunda vocatur, a rusticis vero mierda-cruz, propter purgandi facultatem cuius causa rustici eius regionis adprime in usu est”, que traducido dice: “Es llamada Sanamunda por los herbolarios, y por los campesinos mierda-cruz, por sus facultades purgantes, razón por la cual es especialmente usada por los rústicos de estas regiones”.
Una planta venida a menos, dado que, hoy día, existen medicamentos para los mismos efectos mucho más eficaces y mucho menos peligrosos.
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