Camaliga: Cinta, generalmente de color, con la que se sujetaban las medias por debajo de la rodilla. Esta palabra proviene de otras dos latinas, camba = pata, pierna y liga de ligare = atar. La primera parece proceder a su vez del griego kampe = articulación, curva, recodo, que es la que ha dado lugar a pata y pierna en varios idiomas.
Camallí-camallá: Forma de montar a horcajadas. Como fácilmente puede observarse la etimología es la misma que la de la palabra anterior, más los dos adverbios de lugar, proximidad y lejanía, que no requieren explicación; con una pierna a cada lado del animal, ¡vamos!
Cambear, cambeo: Cambiar, intercambiar, trocar. Todo sea por hacerlo difícil y hablar mal, ya que la voz procede del celta y nos llega a través del latín tardío cambiare, del mismo significado, por lo que no hay razón para “cambearla”.
Campanar: Campanario. Como se ve, la definición de campanar no es diferente de la de campanario, pero la palabra no está en el diccionario. Viene de campana, palabra ésta que se recogió del latín tardío; y como parece que estos instrumentos se empezaron a usar en la región italiana de la Campania pues de allí se tomó su nombre.
Canales y canaeras |
Campar: Mantenerse con vida, sobrevivir, estar bien de salud. Con el mismo significado que el italiano campare, diferente que en español. Dicen que proviene de campo pero a mí me parece mejor tomarla con sentido de campear = salir a pacer, y como el que come escapa…
Canal: Depresión que forman las tejas del tejado para desagüe. Comedera para el ganado. Del latín canalis = tubo, ranura, del mismo origen que caña y cañuto, por la forma de media caña de estos elementos.
Canalera: Canal del tejado. Agua que, cuando llueve, cae por la canal. Las dos definiciones son consideradas como regionalismos aragoneses por el diccionario de la RAE. Del mismo origen que la anterior más un sufijo latino –aria = –era, que le da sentido de sitio o lugar en el que hay, está, se cría, abunda, se produce, etc...
Canalla: Chiquillería bulliciosa. Toma el significado antiguo de jauría de perros, y en sentido figurado, comparándolos con una cuadrilla de muchachos, grupo de niños o chiquillería bulliciosa. Procedente del italiano canaglia, del latín can –is = perro.
Canso: Lento, pesado, inoportuno. Cansino. Derivada de cansar, y este, en latín, mezcla de dos palabras: campsare = desviarse de un camino, doblar, volver, a su vez del griego kampto = encorvar, doblar, plegar; y quassare = agitar, dañar, con idea de fastidiar, de la raíz indoeuropea kwet = sacudir. ¡Mira que lo hacen difícil!.
Canta: Canción o copla. Viene del latín cantare, frecuentativo de canere = cantar.
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Cantara y Cantaro |
Cantarica: Botijo. Es un recipiente con un asa en la parte superior, una boca en la parte trasera para llenarla y delante un pitorro para beber. Etimológicamente de la misma procedencia que la anterior pero con un diminutivo tradicional.
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Cantaricas |
Cañuto: Tubo de caña con el extremo biselado que se utiliza para beber de una botella o de un carretel. Canuto. La palabra deriva del mozárabe cannut, del mismo significado, y éste de un hispánico cannutus = hecho de caña o semejante a la caña, del latín canna = caña.
Caparra: Garrapata, parásito en los animales. Persona que, por sus advertencias o en su conversación, se hace pesada. Ambas acepciones recogidas en el diccionario como regionalismos aragoneses. Dicen que viene del latín crabrus compuesto regresivo de crabro = tábano.
Capaza: Capacho de esparto usado en los molinos de aceite para prensar el orujo. Palabra derivada del latín capax –acis = capaz, que tiene cabida, de donde daría un vulgar capaceum, de capere = contener.
Capolar: Picar la carne. Del latín vulgar cappulare, de cappo y del clásico capo = capon, recibido a través del catalán con sentido de trocear, picar, cortar; de una raíz indoeuropea skep = cortar, tajar.
Capucete: Acción de arrojarse al agua de cabeza para bañarse. Baño de cuerpo entero de muy corta duración, más propiamente entrando de cabeza y saliendo, sin perder tiempo. Esta palabra y la siguiente son de la misma etimología aunque semánticamente diferentes. Vienen de términos latinos similares, de caput = cabeza y puteare = sumergir.
Capuzar: Fracasar en un empeño o en una acción. Como verbo reflexivo capuzarse significa caer en la trampa; meter la pata. Sumergirse en cuerpo y alma en un asunto y no poder o no saber salir de él o hacerlo con mucha dificultad. También viene a significar introducirse con decisión, similar a la expresión “meterse de cabeza en algo” pero con idea de dificultad para resolverlo o liberarse de ello.
Continuará…
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