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lunes, 23 de octubre de 2017

El impelte: una olivera de origen valdealgorfano


Como se sabe, la base del olivar de Valdealgorfa y componente fundamental de nuestro aceite es la variedad “empeltre”, cultivada en varias zonas de Logroño, Navarra, Tarragona, el sur de Cataluña, Teruel y la provincia de Castellón.

El impelte, olivo tradicional
Menos conocida es la posibilidad de que el centro de producción, intensificación y distribución del olivar de esta variedad, base del reconocido y prestigioso aceite del Bajo Aragón, parece haber estado precisamente en Valdealgorfa, como apuntan algunos autores(1).

La olivera es una planta originaria del medio oriente, ampliamente distribuida por fenicios y griegos a lo largo y ancho del Mediterráneo. Sin mucha base científica, se dice que su cultivo alcanzó gran notoriedad en la Península en aquellos tiempos y especialmente habría sido tal en el Valle del Ebro que el propio río habría sido llamado por los griegos “Elaios potamos”, traducido al latín como “Oleum flumen” o rio del aceite.

Su distribución y cultivo parece que quedó algo relegada en épocas posteriores, o al menos no tuvo el papel fundamental que tuvieron otros productos en la agricultura bajoaragonesa hasta finales de la Edad Media.

Sabemos, porque así se desprende de la documentación de este tiempo, que a finales del siglo XIII y principios del XIV la escasa capacidad productora de aceite de la villa de Alcañiz y barrios dependientes era manifiesta(2).

Sea como fuere, el olivo se mantuvo en el Bajo Aragón como un cultivo secundario hasta que, con la llegada de la Edad Moderna, comenzó una expansión sin precedentes pasando a ser, junto con la vid y el cereal, el cultivo fundamental de toda la comarca.

Se ha asegurado en diversas ocasiones que la variedad “empeltre”, originaria del Valle del Ebro, tiene su origen aguas arriba de Zaragoza pero, como decía al principio, diversos son los datos que apuntan la posibilidad de que fuese Valdealgorfa el punto desde donde irradia la expansión a que me he referido anteriormente y que son los siguientes:

Entre los censos documentados de finales del siglo XV ya se nombran en Valdealgorfa los campos de oliveras.

Antes de 1519 ya disponía la Cofradía de San Martín y Santa María Magdalena de Valdealgorfa un molino oleario de una prensa. En las cuentas de la Cofradía de 1530 ya se menciona la venta la aceite(3), dato que viene a demostrar que, por estos años, la producción en nuestro pueblo era excedentaria.

La ampliación del molino e instalación de prensas fue constante durante todo el siglo XVI, ya que, disponiendo de una antes de 1519, se amplió a dos en 1535, a tres en 1560, a cinco en 1580 y a seis en 1601.

Una plantación de impeltes
Este temprano crecimiento de elementos de producción en nuestro pueblo se asocia con el origen de la intensificación del olivar mientras que en otros lugares de los alrededores, los mayores productores a finales del siglo XVIII, Caspe, Alcañiz, Calanda o Calaceite el desarrollo sería posterior.

En 1604 Gerónimo Ardid, que escribiría sobre su experiencia en el olivar de Valdealgorfa, otorgó capitulaciones matrimoniales en las que se dice que recibiría un olivar en esta localidad con más de 400 oliveras a la muerte de su madre. De aquí se deduce que el olivo no solo era cultivo ya tradicional e importante en nuestra zona sino que además disponía de olivares de regular antigüedad.

En cuanto a la variedad “empeltre” u olivos ingertos, tal como se les denominaba en el siglo XVII, que aquí nos ocupa, veamos qué decía el valdealgorfano Gerónimo Ardid en su Restauro de la Agricultura, obra de 1646, cuya experiencia procedía de los olivares de su pueblo natal.

Pues es tan fácil el criar ingertos, asentando pedaços de çuecas de olivo que al quarto ò quinto año, y todos, como las viñas dan fruto, sin necessidad de mucha labor: y el que lo escriue, como aficionado dirà el cómo, y traerà personas platicas [prácticas], y expertas que ingerten, y lo enseñen:… Aí está Caspe, que avrà cinquenta años no tenia dos mil arrobas de azeite. Y son pocos, que no passan de veinte y cinco mil, y van en aumento, como los arboles de crecida.Y en Alcañiz, su tierra, y comarca (mucha parte de monte) son pocos, que con essa especie de olivos ingertos, en el mismo tiempo no le tenga de mas de ochenta mil: y es la principal cosecha, con que las casas principales sienten sus aumentos; y las no tales suplen sus necessidades, y lo passan [venden]: sin embargo que de trigo, y vino tienen para sí lo necessario; y sacan en ocasiones gruessas partidas a las fronteras de Cataluña, y Valencia”.

El término “empeltre” se relaciona con el latín “in pellis” = en la piel, llegando, a través del occitano, al aragonés “impelte” o “empelte”, cuyo significado es “injerto” o mejor "olivo injertado", término que por extensión también se aplica a las oliveras jóvenes. Este particular método de propagar la variedad es debido a que este tipo de olivo tiene una capacidad de enraizamiento muy baja, lo que obliga a que la forma de reproducción más eficaz sea el injerto sobre otros pies con mayores cualidades para ello.

En cuanto a la variedad del injerto en sí mismo, aunque tenemos que reconocer nuestro desconocimiento en cuanto a si es autóctono o importado, sí que podemos decir que se trata de un tipo de olivo perfectamente adaptado a las condiciones físicas y ambientales del territorio, injertado sobre pies silvestres mucho más antiguos y resistentes.

El resultado es una oliva alargada, asimétrica, de gusto suave y persistente y de hueso puntiagudo, que se recolecta madura. Puede destinarse tanto para mesa como para aceite.

El aceite, de sobresalientes cualidades y mundialmente reconocido y estimado, según los expertos, es de color amarillo paja a dorado, de delicado sabor, suave, dulce y muy agradable en boca. No presenta amargor ni picor acusado.

¡Vamos, una maravilla!

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(1) Pieró Arroyo, Antonio, en estudio introductorio a las obras económicas de Gerónimo Ardid “Invectiva contra el vicio de la usura y usureros” y “Restauro de la Agricultura y destierro del ocio”  (1624-1646. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 2011
(2) A este objeto pueden consultarse las obras de Laliena “, Sistema social, estructura agraria y organización del poder en el Bajo Aragón en la Edad Media (Siglos XII-XV) “, pág. 66 y 199 y Vidiella “Contribución al Catálogo de Comendadores de Alcañiz. Orden de Calatrava, pág. 111.
(3) Pardo Sastrón, Salvador. Apuntes Históricos de Valdealgorfa…. Bilbao, 1883, pág. 65.