Plantas tóxicas de nuestro entorno: del estramonio

En un artículo anterior tratábamos del beleño, una planta alucinógena, aunque en grado relativamente moderado, abundante, y ampliamente utilizada como medicinal por sus efectos narcóticos o sedantes. Hoy para concluir con este tipo de plantas, hablamos del estramonio (Datura stramonium L.), de efectos todavía más peligrosos y que formaba parte también de los ungüentos con los que, antiguos pueblos indígenas, preparaban sus pócimas y bebedizos.

Con respecto a su nombre, dicen que proviene de la raíz tat = pinchar, de donde los árabes tomaron tatorah, posteriormente datura, tomado del sánscrito dhattura = manzana espinosa, con toda probabilidad por los acúleos de la cápsula del fruto.

Y en cuanto a su apellido se dice que procede de latín botánico moderno stramonia, probablemente del antiguo estremonía = brujería, magia, astrología, deformación de astronomía, por los efectos narcóticos de la hierba.

El estramonio es planta tóxica, de olor desagradable, que puede alcanzar más de un metro de altura con dientes del cáliz desiguales. Hojas grandes, triangulares, irregularmente dentadas y con grandes dientes en el margen. Flores blancas, grandes, en forma de trompeta o embudo. Las cápsulas que contienen las semillas tienen aguijones de más de 1 cm. de longitud. En nuestro término es planta escasa pero que puede encontrarse de vez en cuando en suelos removidos, escombreras, desmontes, etc. Pertenece a la familia de las solanáceas, a la misma que el beleño, la mandrágora, la belladona y de diversas plantas alimenticias como el tomate, la patata, el pimiento o la berenjena.

El estramonio contiene principios activos tan importantes como peligrosos, desde el punto de vista medicinal. Contiene alcaloides, hiosciamina y escopolamina. Tradicionalmente se ha utilizado para tratar el asma y toses espasmódicas. Su toxicidad es muy variable y no es igual en todas las plantas, ni en todas sus partes ni siquiera en su edad joven o adulta, por lo que su uso es muy peligroso. Decía Pardo Sastrón: “Planta medicinal de bastante uso…Es ya vulgar el uso del Estramonio entre los fumadores para calmar la tos que más ó menos pronto les produce el uso ó abuso del tabaco”.

Dicen que el estramonio, higuereta, trompeta del diablo, o como quiera que se le pueda llamar, tiene el record mundial de intoxicaciones por causa de plantas venenosas y que incluso la miel que fabrican las abejas con su polen puede resultar tóxica.

Pero este género de plantas, Datura, que debe ser tratado con las debidas precauciones, ha sido utilizado a lo largo de las historia por sus potentes efectos hipnóticos, alucinógenos y anestésicos. El contenido de sus principios activos varía mucho dependiendo de las especies y momento en que se recolectan. Ya nos indica Font Quer en su “Dioscórides Renovado” que los principios activos se encuentran en toda la planta, raíces, tallos y hojas pero que los tallos jóvenes, los rabillos de las hojas y la nervadura de las mismas contienen más alcaloides que la pura lámina, y que su cantidad varía en función de la composición del suelo, del momento en que se recogen (al despuntar el día es cuando mayor cantidad contienen), mes del año, (mejor en Junio que en septiembre), que los días de lluvia y posteriores baja el contenido, que si las hojas se desecan al sol pierden el 10% de alcaloides, etc...

Aunque el origen de la planta es oscuro y objeto de discusiones, cuentan que en la antigua Roma las Bacantes, adoradoras del dios Dionisos o Baco, ya la utilizaban en sus famosas bacanales. En la Edad Media era hierba asociada al chamanismo, a la brujería y a los aquelarres, componente habitual de los ungüentos mágicos y pócimas para volar.

Veamos que decía el Dr. Bartolomé Piñera, médico del siglo XVIII, comentando al Dr. Cullen, a propósito del estramonio⁽¹⁾:

“1º la datura stramonium fructu spinoso, ó el solano fétido, que aunque originario de América, se ha connaturalizado en la Europa, y se cria en varios terrenos de España á las orillas de los caminos….La datura stramonium de Linneo, ó el solano fétido de Bahuino, es una planta estupefaciente, su olor es viroso y embriagante, su simiente mas de una vez ha sido venenosa para los hombres. Swaine trae la observación de un anciano calculoso, el que por error bebió leche en que se habían cocido simientes de estramonio, la que á poco rato le produxo vahidos, sequedad de la fauces, ansiedad, privacion de sentidos, frialdad de los estremos, y perlesías [debilidad muscular y temblor] de estos, el aspecto horrible, feroz delirio y supresion de todas las evacuaciones. Cramer trae el caso de un soldado que por vengarse dio un resolí [licor] hecho de simientes de estramonio y hinojo, que produxo un atroz delirio. Lindestolpe dice que las Turcas en los serrallos [palacios de los sultanes otomanos] dan la infusion de la simiente de estramonio á sus Guardas y Eunucos, con la que los adormecen y dementan, en términos que se quedan libres para prostituirse con quien quieren; y que en Hamburgo una alcahueta embriagó con el mismo arbitrio á una doncella honrada, que en este estado la desfloró un bribon. Sauvages en su Nosología Metódica dice, que se cogiéron en Montpeller unos vandoleros que robaban á los pasageros dándoles vino, en el que se habian puesto en infusion las simientes de estramonio machacadas, y que el Capitan de estos salteadores confesó que muchos de los robados á quienes se les hizo beber mas vino, muriéron letárgicos con este veneno, y que solo se quedaron embriagados y atolondrados los que bebiéron menos. Kanfer asegura que los Indios usan un electuario [preparado] al que echan varios aromáticos, y la simiente del estramonio para crearse fantasmas agradables, y para hacerse mas atrevidos, resueltos y temerarios, y de este modo cometer sus atrocidades. Lobstein pinta la horribre escena que se siguió en dos niños que comiéron una porcion de semillas de estramonio; esta fue soñolencia, inexplicable ardor entodo el cuerpo, al que se siguió furor, hinchazon del vientre, convulsiones, estrangulacion de las fauces é hidrofobia”.

Como se ve, y aún con incertidumbres, la cosa viene de lejos.

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(1) Tratado de Materia Medica del doctor Guillermo Cullen. Tomo III. Madrid 1795.