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domingo, 12 de noviembre de 2017

Iberos en nuestro territorio: El Ariñol


Si en un artículo anterior había quedado dicho que los primeros habitantes valdealgorfanos habían consolidado su hábitat en el actual emplazamiento de nuestro pueblo, no quiere esto decir que el resto del territorio no estuviera más o menos poblado con otras comunidades estables.

Habíamos terminado diciendo que de los primitivos cazadores recolectores prehistóricos, nómadas, se había pasado a una progresiva sedentarización y, aunque en principio no conocemos vestigios de la época llamada del Bronce ni de la primera edad del Hierro, sí los tenemos de épocas más avanzadas, es decir, de tiempos ocupados por la llamada cultura ibérica.

Plano e imagen del yacimiento ibérico del Ariñol

El poblamiento ibérico del Cabezo del Ariñol está situado en un promontorio que, sobre el antiguo camino de Maella, domina toda la Val de la Palomara. Su situación estratégica lo convierte en una auténtica atalaya desde la que se divisa la mayor parte, no sólo del término municipal, sino de toda la comarca.

El yacimiento, conocido desde principios del Siglo XX, se encuentra catalogado en la Carta Arqueológica de España, Teruel, bajo la denominación de "Les Talayes" con el número 544. Su situación exacta viene determinada por las coordenadas BF486466 de la hoja 30-18 del Servicio Cartográfico del Ejército.

Dado su estado de conservación no es posible determinar ni la forma ni la extensión del poblado. Hoy pueden apreciarse algunos restos de muros en la parte más alta del cabezo y un pequeño lienzo, de lo que pudo ser una muralla, de buena técnica y sillares de mediano tamaño en el lado Noroeste.

Los materiales recogidos son resultado de prospecciones selectivas. Aparece algún fragmento de cerámica medieval y moderna pero, para este trabajo, se han seleccionado los restos que pueden considerarse ibéricos o cuando menos que puedan ser adscritos a esta época cultural, como es el caso de la cerámica a mano o la de importación de tipo "campaniense".

Cerámica campaniense y bordes de vasos de factura ibérica

Como se dice, la mayoría de los fragmentos cerámicos son de técnica ibérica, a torno, de pastas bien depuradas y desgrasantes generalmente muy finos o imperceptibles; presenta en algunos casos el típico corte "sándwich" y el color varía del ocre claro al rojo, naranja o gris. También aparecen, como se ha dicho, vestigios manufacturados y campanienses.

Las formas mayoritarias corresponden a formas típicamente ibéricas: vasijas globulares, "dolium", "kalathoi" vasos, cuencos, etc., sin que pueda determinarse nada más dada la gran fragmentación de los restos y falta de catas exploratorias.

Bordes de "dolium" y de cuencos ibéricos

La decoración es típicamente ibérica, de bandas paralelas de color rojo vinoso, motivos geométricos simples, ramiformes o de círculos concéntricos. Todos son de los considerados tradicionales de la cultura ibérica y de amplia difusión espacial y cronológica. Hasta la fecha no ha aparecido ninguna representación animal ni humana.

Fragmentos de vasos con decoracion típicamente ibérica

Además de los restos cerámicos reseñados se han recogido otros relacionados con la producción de tejidos, en concreto con los telares, actividad muy desarrollada en todo el mundo ibérico, y algunas piezas de bronce que se describirán a continuación.

Se ha localizado un "pondus" -pesa de telar- completo y varios fragmentos en los que solamente puede apreciarse el orificio para la urdimbre y sin decoración alguna ni características particulares que puedan aportar datos novedosos. Una "fusayola" completa el resto de elementos cerámicos dignos de reseñar.

Fíbula, fusayola y pondus del Ariñol

En cuanto a los metálicos, además de alguna escoria de hierro, ha aparecido una "fíbula" de bronce, tipo la Tène, continuación del modelo de pie vuelto y alguna cuenta o resto de colgante que no aporta nuevos datos que contribuyan a la datación cronológica.

Con estos datos, difícilmente podemos aproximarnos a una datación precisa del poblamiento que nos ocupa. La falta de catas exploratorias y de una excavación sistemática nos aleja de conocer mejor los orígenes, desarrollo y fin del poblado del Cabezo del Ariñol. No obstante, como aproximación, los fragmentos de cerámica "campaniense A" y alguno de los temas decorativos en las producciones ibéricas nos llevan hasta el S. III a. de C. Por otra parte, las formas cerámicas, que no son discordantes con la fecha anterior, pueden llegar hasta entrado el S. I. a. de C.

Pero, en uno de los extremos del yacimiento, se han localizado fragmentos cerámicos pertenecientes a tiempos romanos, “terras sigillatas”, que nos llevarán hacia el cambio de Era e incluso nos adentrarán en el siglo I de la nuestra.

Pero estos restos... se verán en un próximo artículo.

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