Dentro del grupo de las plantas parásitas de otras, trato en este artículo de las cuscutas, epítimos, barbas de capuchino o cualquier otro nombre que en otro lugar puedan recibir estos vegetales, no así en nuestro pueblo que no lo tienen, aunque sean relativamente abundantes en nuestra zona de estudio.
![]() |
Cuscuta epithymum |
Los tallos de estas especies forman una maraña de filamentos a modo de pelos, de color rubio o rojizo, enredados alrededor de los tallos de la planta que parasitan, de la cual toman los nutrientes a través de unos órganos especiales, llamados haustorios, que penetran en los tejidos del anfitrión, chupándoles la savia y
extraen de ella todas las materias nutritivas que necesitan. No tienen clorofila, ni raíces ni hojas. Las flores, de color blanquecino o rosado, surgen más o menos distanciadas a lo largo de los tallos formando unos glomérulos de pequeñas florecillas agrupadas y pentámeras (con cinco sépalos y cinco pétalos). Los frutos son pequeñas cápsulas que contienen de una a cuatro semillas diminutas.
Podemos distinguir estas tres especies fácilmente fijándonos en los tallos, de color amarillo intenso a amarillo-anaranjados en Cuscuta campestris, de amarillentos a blanquecino-amarillentos en Cuscuta aporoximata, y de color rojizo o púrpura en Cuscuta epithymum.
Cuscuta campestris |
Aunque no ha sido tradicionalmente utilizada como medicinal, la cuscuta tiene propiedades carminativas, laxantes y levemente sedantes por lo que su empleo está indicado en meteorismos y estreñimientos, pero desaconsejada en caso de hemorroides.
Es planta nombrada por Dioscórides, médico de la antigua Grecia, en su obra “De materia Medica” ya en el siglo I d. de C., y ampliamente difundida y utilizada durante la Edad Media. En el siglo XVI se publicó en nuestro país una edición comentada por otro médico y humanista, Andrés Laguna, que fue obra de consulta obligatoria para los boticarios o farmacéuticos hasta el siglo XVIII.
Aclara el Dr. Laguna que el epithymo verdadero: “no entendiendo en este lugar por flor la purpurea, que nace de los cogollos del Thymo (el tomillo), y es flor natural y legitima suya: sino ciertos tallicos subtiles, que procedientes del rocio y vapor del cielo, ó de cualquiera otra ocasión occulta, sin tener ninguna rayz, suelen sobre el Thymo engendrarse, rebolviéndose á el, á manera de cabellera, como hacen muchas plantas sobre otras. De suerte que los que toman por el Epithymo la flor verdadera del Thymo, manifiestamente se engañan”.
Queda, pues, aclarado.
---ooo0ooo---