En los últimos meses del año 1875
se construyeron apresuradamente en el Bajo Aragón una veintena de torres de
telegrafía óptica para mejorar la defensa del Ebro ante las incursiones
carlistas. Sin embargo, estas estratégicas torres apenas llegaron a utilizarse
pues al mismo tiempo que finalizaba su construcción acabó la guerra.
La rápida construcción de todas estas torres y fortines militares se logró gracias a la participación de los municipios y vecinos de la zona tal como reflejan los documentos de la época: “todas (las torres) han sido construidas por el cuerpo de Ingenieros, con auxilio de peones, materiales y jornales, satisfechos por los pueblos por prestación vecinal, y sin más coste para el Erario, que los aparatos telegráficos”. Los municipios no solo contribuyeron con la construcción de las torres sino también aportando todo su equipamiento y mobiliario exceptuando tan solo los aparatos de telegrafía.
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Líneas de telegrafía óptica en el Bajo Aragón en 1875 |
Todas las torres se construyeron
siguiendo un mismo modelo de edificio de planta cuadrada y tres pisos de
altura: el inferior o planta baja se dedicaba generalmente a almacén, el
primero a cuerpo de guardia, y el segundo piso o terraza se destinaba a la
colocación del aparato telegráfico óptico desde el que se realizaban las
señales. Todas las obras se construyeron utilizando sillares o sillarejos en
las esquinas y mampostería de piedra con mortero de cal en los muros. En todas
las plantas y en las cuatro paredes de los edificios se habilitaron aspilleras
y troneras abocinadas.
El General Salamanca ideó, a
partir de otros modelos ya existentes, un nuevo aparato de telegrafía óptica
para ser instalado en las terrazas de todas las torres que se estaban
construyendo en el tramo medio y final de la cuenca del Ebro. Se trataba de un
aparato de madera formado por un mástil de unos 6 metros de altura con dos
grandes aspas o paletas montadas una a cada lado del eje que podían accionarse
y fijarse mediante cuerdas o cadenas.
Desde la Ermita de Valdealgorfa se
comunicaba con la torre del Campamento de Alcañiz, situada junto al cabezo del
Cuervo y con la de Valdeluna, en el término de Ráfales.
En cuanto a las referencias locales a este tipo de
construcciones, decía Salvador Pardo en 1883: “Se habilitó parte de su obra (Ermita de Santa bárbara), elevando un torreón, fortificándola en
totalidad con aspilleras y un foso que la circunda, y que por inútil hoy y
hasta perjudicial debía cegarse. De nada de esta obra se hizo uso ni llegó a
estar guarnecida, más las aspilleras practicadas en el muro de la capilla,
hallándose con puertas decentes y bien colocadas, todavía sirven para refrescar
la atmósfera que se produce por el gran concurso de gentes en las festividades,
que como la de Pascual del Espíritu Santo, acostumbran a ser en mañanas generalmente
calurosas”.
Su hermano José también apuntaba en 1898: “Reparáronse tejados, fundamentos
y foso de la ermita de Santa Bárbara y se hizo tejado sobre el
torreón-telégrafo, que todo amenazaba desplomarse. Se gastaron unos 70 duros
recogidos por suscripción voluntaria que Cristóbal Pallarés Pueyo recaudó
después de haber sido todo aprobado por autoridades, mosen Pedro
Marchiandarena, párroco, y don Auspicio Micolau, alcalde. Ayuntamiento
contribuyó con tejas, cal, etcétera”.
Repasada la estructura de la
Ermita puede apreciarse que el torreón se ubicó detrás de la vivienda del ermitaño,
pegado a la pared de la propia ermita, donde por otra parte es lógico que estuviera
situado. Esto queda atestiguado por las fotos que se
añaden en último lugar.
Archivo del Servicio Histórico Militar, Sección Guerras carlistas, Madrid.
Cortes, F. J. 1997: La torre de Salamanca. Torres ópticas. Empelte, 12, Grupo Cultural Caspolino, Caspe.
Cortés, F. J. 1999: Caspe y el sexenio revolucionario. Las torres ópticas. Grupo Cultural Caspolino- I.F.C., Zaragoza.
Olivé, S. 1990: Historia de la telegrafía óptica en España. Secretaría General de Comunicaciones, Madrid.
En la red:
https://historiasdelbajoaragon.wordpress.com/2013/11/08/las-torres-de-telegrafia-optica-del-bajo-aragon-2/