cabecera 1









En este blog puedes encontrar información sobre diferentes temas relacionados con Valdealgorfa: historia, cultura, medio natural, o cualquier otro que pueda ser considerado de interés.

Te animamos a enviar tus artículos, colaboraciones, aclaraciones y comentarios, que serán publicados en este mismo blog. Muchas gracias.



viernes, 18 de mayo de 2018

VALDEALGORFA. El origen de su nombre-


Hoy vuelvo sobre el asunto de la toponimia local, aspecto que ya traté en una de mis publicaciones anteriores(1), y en concreto sobre el origen del nombre de nuestro pueblo, que, a mi modo de ver, se remonta a tiempos anteriores a los árabes e incluso a la conquista romana. También, como puede entenderse, el razonamiento no es más que una mera especulación y que, a falta de otros datos, siempre quedará en terreno de una mera hipótesis.

Ciertamente, nuestro pueblo apareció nombrado tempranamente en los primeros documentos, escasos, que se generaron en cuanto el territorio fue reconquistado a los musulmanes. El nombre, en su forma árabe Al-gurfa o Al-gorfa, significa sobrado, silo, cámara alta, o granero y la palabra, en su origen, no admite discusiones: sin duda es árabe y por ello, continuaba S. Pardo(2), "parece que siempre debió llamarse como hoy le llamamos, Valdealgorfa", cuestión indiscutible si nuestro pueblo hubiera nacido durante los tiempos de dominación sarracena.

Valdealgorfa, espacio de las fuentes

Claramente, el nombre, ya lo encontraron formado los primeros repobladores cristianos que continuaron llamándolo con su apelativo árabe, pero... ¿fue invención de las gentes del Islam? ... ¿Podría haber tenido un nombre anterior?... Nuestro historiador repitió: "La reunión en uno, de los dos valles que lo flanquean, tomó por su fertilidad, más abajo de donde está situado, el nombre de Val del Or, y de aquí la tradición bastante autorizada de que en un tiempo se llamó Valdeloro;...... Solo el valle de los dos formado, conserva todavía el nombre algo alterado de Val de Los".

Intentando aproximarme a las razones que pudieron tener los árabes para bautizar con tal nombre el citado valle no parecen aquéllas adecuadas ni suficientes desde ninguno de los dos puntos de vista siguientes: En un terreno totalmente despoblado, con poca agua y escaso en producciones ¿Qué sentido tiene llamarlo el granero? ¿El granero de que?.. y... por otra parte ¿es especialmente característica la feracidad de esta val? Es sabido que los musulmanes aprovecharon casi con exclusividad los mejores terrenos, los que tenían abundancia de agua y, por consiguiente, ocuparon preferentemente los valles de los ríos, en este caso la rivera del Guadalope, por cierto nombre arabizado del anterior Río Lupo.

Cuando surge un topónimo, éste define al elemento al que se pretende aludir con un nombre diferenciador, que claramente lo individualice del resto y que exprese su característica principal: Valderrobres lo es, por esa clase de árboles; Valjunquera por los juncos, Val de Fardachos por referencia a estos animales; Val Comuna, por sus tierras y pastos explotados comunalmente... Así, ¿Cuál podría ser el elemento que distinguiera a la Val que ocupa nuestro pueblo, si lo tiene? Y, si verdaderamente lo tuviera, ¿cuál sería su base lingüística? En otras palabras: suponiendo que los árabes también encontraran formado el nombre... ¿De dónde provenía? ¿Qué significaba?

Antiguo Llano de la Fuente Vieja
Cada vez que intentamos dar marcha atrás en el tiempo y sondeamos en las bases etimológicas de los topónimos nos encontramos con que cada una de las lenguas que se han ido sucediendo a través del tiempo han dejado su huella, a modo de sustrato o poso, en cada una de las siguientes, incluso modificando algunos significados totalmente. En cuanto a la cantidad de vocablos que arraigan en el nuevo lenguaje su número varía según haya sido mayor o menor la incidencia del nuevo idioma en el de los pobladores autóctonos; esta incidencia está en relación directa al número de invasores y el mayor o menor grado de permeabilidad de la nueva cultura. Los recién llegados se adaptan a la anterior o imponen la suya propia durante el tiempo que mantienen el poder como dominadores. Sea como fuere, en nuestra zona se impone con absoluta claridad la etimología romance o latina, existiendo, por supuesto, algún topónimo árabe, original o adaptado.

El caso de nuestro pueblo sería de adaptación, es decir, la base onomástica se habría originado por deformación de la base morfo-semántica por un proceso de analogía y adecuación del término etimológico popular, que se convierte en el motivo principal del cambio fonético, con la finalidad de recuperar el término en el nuevo sistema lingüístico. Dicho de otra manera: los árabes no entienden qué significa la palabra con la que se nombra a nuestro pueblo y rebuscan en su idioma la más parecida o la de sonido más próximo a la anterior, en este caso GURFA o GORFA, que precedida del artículo aglutinado correspondiente da AL-GURFA o AL-GORFA. Este mismo proceso podría observarse en la formación del propio nombre de Alcañiz.

La Fontaneta y el Pozo de Aclarecer
Si aceptamos, de esta manera, la procedencia del nombre de un habla anterior, le correspondería, en orden cronológico inverso, comparar la raíz con paralelos latinos a fin de encontrar un razonamiento aceptable que permitiera, en su caso, fijar el origen y admitir el vocablo como derivado de esa lengua, proceso realizado con resultados totalmente negativos, llegando a la conclusión de que su base tampoco es latina. Al contrario de lo que sucedía con el árabe, se puede afirmar que la base idiomática de la mayoría de las series toponímicas es romance, pero no se tiene nunca la certeza de que no hayan sido de introducción cuando menos medieval y cuya procedencia puede determinarse por influencia del aragonés, catalán o del propio castellano.

Llegados a este punto sólo queda por comparar con lenguas anteriores, las que se hablaban en el territorio antes de la llegada de los romanos, con el inconveniente que de la única de la que se tiene conocimiento es del ibero y aún de ésta sólo de su signario o alfabeto permaneciendo impenetrable su significado. Esta lengua tal vez autóctona y anterior a la llegada de las influencias indoeuropeas presenta, desde el punto de vista de los investigadores, series toponímicas que se pueden detectar, encontrándose en el origen de bastantes nombres y permanecen, sobre todo, en la oronimia -nombres de accidentes geográficos o del terreno- y en la hidronimia -nombres de ríos-.

Repasando los trabajos de investigadores del tema encontré que una base aceptada por todos los especialistas está basada en el morfema UR, cuyo significado, muy contrastado, y que forma parte un sinnúmero de hidrónimos, se identifica con AGUA e insistentemente se encuentra asociado a lugares donde se aprovechan un pozo o una fuente.

El chorro de la Fuente Vieja
Avanzando por las tesis de otro investigador valenciano(3) que ha dedicado gran parte de sus trabajos a las lenguas prerromanas con especial atención a los topónimos de origen ibérico, encontramos otro morfema base KE, que él identifica con el significado de CAUDAL, ACOPIO, CANTIDAD, y llega, por supuesto, a definir el significante URKE, que, sufijado con el artículo –A, forma URKEA, al que le da el significado de LA FUENTE, EL MANANTIAL.

Este mismo autor, experto lingüista, explica los influjos del árabe sobre los topónimos prerromanos para modificarlos e incorporarlos a su sistema lingüístico. Son, entre otros:
  • Tendencia habitual /u/-->/o/, y así UR --> OR, en caso de que el cambio no sea anterior.
  • Apertura de la vocal /e/ --> /a/, URKEA --> ORKAA --> ORKA.
  • Varios autores indican que el árabe confunde habitualmente los sonidos oclusivos /q/ /k/    resultando normalmente un sonido /χ/ --> /f/ fricativo: ORKA --> ORFA.
Quedaría por explicar la aparición de G- inicial aunque esta puede producirse por reforzamiento de la vocal inicial “u-“ o, simplemente, por el proceso de analogía popular al adaptar la palabra al nuevo sistema idiomático.

Desde luego parece justificado que la base original en el nombre de Valdealgorfa pueda ser ibera o, mejor, prerromana, y, además, que esta deducción cumple y justifica el propio topónimo:
  • La existencia de la fuente o el manantial cumple con ser un elemento altamente diferenciador entre las múltiples vales del entorno, y la distingue claramente de resto ya que ninguna otra dispone de un manantial tan copioso y regular.
  • Se puede explicar satisfactoriamente el proceso lingüístico de cambio.
  • La existencia de restos ibéricos atestigua un origen urbano estable en el actual emplazamiento del pueblo que no volvió a repetirse hasta tiempos de la Reconquista.
  • Las construcciones lingüísticas propuestas no eran desconocidas en el ibérico aragonés de nuestra comarca. Algún autor sitúa, por ejemplo, la ilocalizada ciudad ibera sedetana de ARKEDURKI, en algún lugar indeterminado del Bajo Aragón.
  • La base semántica del origen árabe no tiene consistencia y no justifica la creación del topónimo.
  • No se equivocaba la tradición, a la que recurrió Pardo, cuando decía haberse llamado ValdelORo (OR→UR = agua), pero no por su feracidad sino refiriéndose al valle en el que el agua era el elemento principal y diferencial.
Por tanto, concluyendo, Valdealgorfa no es la val en la que se producía mas, mejor o que se almacenara grano como característica especial, es, sencillamente, la Val de la Fuente, el lugar donde existía y existe un manantial, aprovechado ya, sin duda, en tiempos prerromanos.

---ooo0ooo---

(1) Pellicer Cester, A. “Toponimia de Valdealgorfa”. Cuadernos Valdealgorfanos, 1. 2003.
(2) Pardo Sastrón, S. “Apuntes Históricos de Valdealgorfa…”. 1883
(3) Román del Cerro. El desciframiento de la lengua ibérica en "la Ofrenda de los Pueblos". 1990